[HOLA!]
Hoy quiero dedicar este post a una de las cosas más bonitas que existen en este mundo: la música.
Viendo las cosas en perspectiva, mi relación con la música tiene bastante semejanza con la que he tenido con las personas. Antes era mucho menos exigente sobre el tipo de gente con las cual escogía rodearme. Antes no tenía muy definido el tipo de relaciones que eran buenas para mí. Hoy sé quién soy (al menos en mejor medida) y sé a quién quiero tener a mi lado.
Lo mismo ha sucedido con la música. Cosas-llamadas-música existen demasiadas. Y de ese gran espectro he aprendido a saber qué es lo que me puede llegar, mover y emocionar. Sin embargo, y eso es lo mejor de todo este asunto, no he podido llegar a comprender del todo la música. Hay algo extraño que sucede cada cierto tiempo y es que de vez en cuando me topo con música que es igual a mí.
Han habido canciones que me han marcado. Son esas obras de alguien más que se adecuan a mí de una manera tan extraordinaria que me asusta. Puede ser la letra, el ritmo, la voz, no sé que demonios, pero siempre hay un descubrimiento fortuito en medio de todo universo de canciones que hace que algo estalle dentro.
No sé cómo aprecie cada quién una buena canción. En mi caso particular me enamoro de algo cada vez que siento ese vuelco en el estómago, cada vez que se me anuda la garganta, cada vez que no puedo controlar mis ganas de cantar o al menos mover el pie.
Me encanta ver cómo mi lista de artistas es una especie de mapa de lo que he vivido a lo largo de mi vida. Experiencias que me han marcado y que acuden a mi memoria cada vez que escucho esa canción. Ya sé que Keane me recuerda a Ile y al primer concierto que fui con ella, The Beatles a mi infancia y a mi mamá poniendo sus discos todo el tiempo, No Doubt es Ana cantando sus rolas conmigo en el squash, Radiohead es Abraham e Ile en los días de prepa, Franz Ferdinand es aquel concierto en última fila del Auditorio Nacional, The Killers es la bandita grabando un vídeo en la azotea, Colplay es Cesiah y todo lo que me encanta de ella, Queen es César cantando Bohemian Rapsody y Don't Stop Me Now en la peda, Nirvana es mi primo en su época de desmadre...
Podría seguir eternamente citando experiencias y música; desmenuzado cada momento de mi vida y recordarlo con esa canción detrás. Sin embargo, prefiero dejarlo así: que la canción en particular aparezca en el shuffle de mi iPod y me haga recordar con una sonrisa aquel momento que se volvió un poco más especial por la música que traía consigo.
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