We are Victims!

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¡Hola! Ésta será mi primer reseña de concierto jamás hecha. Y bueno, ¿qué les puedo decir? Hace una semana presencié el concierto de una de mis bandas favoritas y, en efecto fue, el mejor concierto de mi vida. Lo había esperado con tantas expectativas que esperaba algo grandioso y al final fue mucho mejor de lo que yo creía.

Incluso antes de que empezara se percibía esa excelente sensación de que aquella sería una muy buena noche. En compañía de Ile y su hermano, Laura, Sandra y César, entramos al Palacio de los Deporte con el tiempo justo y sin haber comprado recuerdos aún. Pedí una chela y una hamburguesa porque entrar con el tiempo justo me impidió alimentarme correctamente antes (BTW, ¡¿$60.00 x una chela?!)

En fin, abrió a las 9:00 Hello Seahorse! Una banda de la que no tenía conocimiento desde...el sábado a las 9:00 La chica con voz de Björk y, de acuerdo a Laura, anoréxica, dio, junto a su banda, una apertura bastante decente.

Then...lights went on again.

En el lapso, tomamos fotos (alrededor de 20 intentos fallidos) e hicimos apuestas de posibles setlists. Vimos a un primer individuo desmayado ser sacado de la muchedumbre con, irónicamente, una playera que leía la frase ¨I GOT SOUL¨.

En fin, el concierto dio inicio.

Fue Human la encargada de abrir el concierto. Ile juraba que en esta canción ella se iba a sentar y a jugar en su celular, sin embargo, fue demasiado para todos quienes no pudimos evitar entregarnos por primera vez a The Killers. Fueron 3 años desde la última vez que los tuve enfrente y mi manera de saludarlos de nuevo fue destrozando mi garganta preguntándome: "Are we human or are we dancers?"

Exhausto.

Siguió This is Your Life, donde tristemente la pista falló casi al final de la canción y nos privaron de mover los brazos graciosamente cómo sé que suelen hacer en sus conciertos durante esta parte. En fin, ni tiempo de quejarnos dieron ya que nos sorprendieron inmediatamente con uno de sus temas más conocidos: Somebody Told Me. La euforia a partir de ahí fue imparable, For Reasons Unknown, Bones, Joyride... Por la cuarta canción me estaba mareando bien cabrón pero sabía que lo mejor estaba por venir así que me aguanté cualquier indicio de descanso.

Los momentos más intensos de la noche fue cuando tocaron Shadowplay y Spaceman. Casi seguidas. Dios, ¡por qué nos hacen eso! Salté en mi espacio de 0.5m x 0.5m como demente, pisé a Sandra en un par de ocasiones, pero sobretodo canté como si no hubiera mañana. En verdad era feliz en ese acto de salvajismo y total ausencia de cordura. Lo era: sudando y gritando. En medio de toda esa gente que había pagado no-sé-cuantos-pesos por ver a The Killers y se reunía bajo ese techo a entonar la música que en distintas ocasiones de la vida nos había venido acompañando.

Flashazos de mi vida acudían a mi menta ante cada canción. Ya fuera del Hot Fuss o del Day & Age. Tan sólo pensaba: cómo demonios una banda puede tener tantas buenas canciones en su haber. Al menos en el soundtrack de mi vida así es. Sweet Talk y My List (canciones que tocaron especialmente en nuestra fecha), A Dustland Fairytale, Read My Mind, Mr. Brightside, All These Things That I've Done (LO MÁXIMO). Entonces se fueron y yo sabía que tan sólo esperaban a que exigiéramos su presencia nuevamente. En parte agradecí su ausencia ya que me dio tiempo de sentarme por primera vez en horas y darme cuenta de que necesitaba ir al baño a causa de mi litro de chela. Me valía madres. No pensaba salir de ahí bajo ninguna circunstancia.

Y regresaron.

¡Sam's Town! La energía que creía había muerto en mí renació ante los primeros acordes de esta canción y logró sobrevivir en Jenny Was A Friend Of Mine (una de las estrellas del Hot Fuss, cómo me encantó que la tocaran...) Entonces sabía que la última canción estaba por comenzar. Los últimos rastros de mis ganas de permanecer de pie hicieron su presencia y las últimas reservas de gritos se alistaron para When You Were Young. Fuego, luces, chispas y música. La última joya de la noche desfiló ante mis ojos, oído y mente para quedarse en ella por siempre. Apenas me estaba recuperando y las luces se habían encendido y la gente-tan súbitamente sorprendida y salida de trance cómo yo- se hacía a la idea de que había que salir.

En fin, amigos. Fue una noche memorable: compré dos playeras iguales (una que no me queda), bebí mucha Coca-Zero, comenté con mis amigos lo mejor de la noche, nos sentamos en las escaleras del Palacio de los Deportes y esperamos a que nuestros sentidos se adaptaran a la realidad donde no se permite gritar hasta que tu garganta duela ni saltar en espacios reducidos.

Agradezco a mi banda favorita por existir y a su música por dejarme experimentar las sensaciones únicas que son tan, pero tan, imposibles de ser descritas en este post. Supongo que será en otra ocasión. ¡Chao!

¨I look at you and smile because I'm fine¨

PD: Escuchando¨On Top¨ :D